La cuestión es que al vivir en la Vega, la tierra de estos solares es fértil y tras las lluvias de la primavera los matojos adquieren proporciones gigantescas, se secan y son el pasto perfecto para las llamas.
El pasado sábado tuvimos el primer incendio, con bomberos y todo -adjuntamos imágenes- en el barrio. A pesar de que en ningún momento pareció peligrar la integridad de las personas o de las casa, fue un ratito de nervios bastante feo, pues las llamas tenían una altura considerable y el viento hacía que se propagaran con facilidad.
Al cabo de una hora los bomberos lo controlaron y la cosa quedó en mucho humo y los patios llenos de cenizas (a limpiar otra vez).
Todo ello tuvo lugar en un solar vacío que hace esquina con C/ Tajo y C/ Duero.
Por nuestra parte hemos pedido al Ayuntamiento que, en la medida de lo posible limpien los solares más peligrosos. Desde el consistorio la respuesta es positiva, pero nos explican que son muchos los solares que hay en esas condiciones dentro del pueblo. Harán lo que esté en sus manos.
Los que en realidad deben estar pendientes de sus solares son los propietarios. En primer lugar, porque es de ley. En segundo lugar, porque cualquier responsabilidad que se derive es también responsabilidad suya (como por ejemplo pagar la minuta de los bomberos). En el caso de que sucediera algo más serio pueden meterse en serios problemas.
A vosotros os pedimos prudencia. Cuidado, por favor, con las colillas en este tiempo, no dejéis el coche aparcado junto a un solar que tenga muchas plantas que puedan arder y si veis a alguien prendiendo fuego o tenéis constancia de que se está produciendo un incendio, podéis llamar a los teléfonos de emergencias municipales (619049953 y 619049952), o directamente al 080 (bomberos) o al 112 (emergencias), si pensáis que la cosa pueda ir a mayores.
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