En primer lugar nos topamos con
que la limpieza brilla por su ausencia… Podemos calificar la situación de
insalubre, incluso. Y claro, que las calles estén sucias es malo, pero que lo
esté el lugar donde nuestros hijos se revuelcan –literalmente, que para eso son
pequeños y para eso están los columpios, las zonas infantiles y las bañeras-.
Como muestran las imágenes, la papelera (utilizada cívicamente, curioso, por
los usuarios nocturnos del parque que, sabedores de su impunidad, se dedican
tranquilamente al botellón) no se vacía con la frecuencia que se debiera. De
hecho, desconocemos con qué frecuencia se vacía, aunque quizás “frecuencia” sea
la palabra que peor describa el período de vaciado…
En segundo lugar las hojas caídas,
véase la fotografía, (que cuando se mojan, cosa que ocurre con cierta
frecuencia en estas fechas, casualmente) se pudren, lo cual tampoco ayuda a la
limpieza del entorno. Y está acabando el otoño, no se cayeron ayer…
Luego está el tema de los perros.
Esta tarde, sin ir más lejos, había uno atado a la valla del parquecito
infantil… por dentro, claro. Con su pipí recién hecho a su lado –véase la
fotografía-. Esto, junto con lo del botellón, está prohibido (y bien plasmado
en las Ordenanzas Municipales), claro, pero como la policía local no está los
fines de semana… Bueno, ni los días de diario. A pesar de estar advertidos, no
tenemos noticia de que JAMÁS hayan pasado por el parque cuando está atestado de
niños y de perros y hayan siquiera amonestado verbalmente a nadie. Que no
decimos que no lo hayan hecho; simplemente, que algunos de nosotros pasamos
allí horas y horas y no los hemos visto. Y avisados están. Lo hemos hecho
nosotros.
A veces
esos pipís son popós, y en un parque infantil, lógicamente, tiene la cosa miga,
como nos contaba una mamá recientemente. Su hijo pisó una catalina perruna,
nadie se percató, se subió con ella al tobogán y pasó buen rato disfrutando de
la instalación y embadurnándolo todo… y a todos. En fin, háganse su propia
composición. Y sean positivos: al menos no nos ha afectado aquí la plaga de
pulgas que están sufriendo los vecinos del PP8.
Luego
está el tema de la seguridad. Por ejemplo, la valla. En la foto se aprecian las
dos posibilidades que tiene ahora: la no-valla y la valla destrozada. En fin,
si un parque infantil tiene vallas será por algo. Y en ambos casos, no cumple
su función: la de la seguridad de los pequeños usuarios. Evidentemente el
consistorio no tiene la culpa de a) que se haya deteriorado tan rápidamente –pero
podrá reclamar a la empresa que la puso, suponemos- y b) de que haya tanto
incívico suelto que se dedique a cargársela; pero para este segundo caso está
la policía local, ¿no?
Y continuamos con el recién
estrenado parque canino aledaño al infantil. Ha sido sin duda una gran
actuación. Tanto que con esos bancos y los árboles que se han colocado al lado comentan
algunos usuarios del infantil que posiblemente se esté más a gusto en él que en
el propio. De no ser por, de nuevo, los incívicos usuarios del de mascotas que
a) ya se han cargado uno de los columpios y b) dejan que sus perros hagan sus
necesidades sin recogerlas; ambas cosas se aprecian también en las fotografías
que acompañan este post. Como curiosidad hay que añadir que por lo menos los incívicos se preocupan por la decoración navideña del parque canino (veáse imagen con árbol decorado, con zurullos rodeándolo a modo de navideños presentes). Pero no pasa nada. Para eso está la policía local y
las ordenanzas municipales, claras y cristalinas a este respecto.
Que no. Que los vecinos que esta
Asociación representa no lo comprenden. Que se pagan los correspondientes
impuestos que, como comentamos en http://avvnuevachurriana.blogspot.com.es/2016/12/vecinos-id-ahorrando-que-viene-el.html vuelven a subir y que, por
lo tanto, queremos que el Ayuntamiento vele por nosotros, ofreciendo unos
servicios dignos en materia de limpieza y de seguridad. La tesis de que todo es
culpa del incivismo, amén de obvia, no es respuesta a nuestra inquietud. La
sociedad cuenta con medios para atajar estas conductas y creemos que
corresponde a quien nos gobierna velar por que se cumplan las normas.
Invitamos desde estas líneas al
alcalde a que cualquier tarde que haga buen tiempo, a eso de las 5 de la tarde
se dé una vuelta por el parque infantil y departa con los vecinos que se
encuentre allí. Que se dé un paseo por el parque canino y que corrobore cuán
decorado está de heces. Por el parque sin construir, ese que su antecesor
prometió a voz en grito ante todos los que estábamos allí para escucharle hace
ya dos legislaturas y pico que sería el mejor de Churriana, mejor que no se
pase. Da pena.
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