domingo, 11 de diciembre de 2016

EL PARQUE INFANTICIDA Y OTROS CUENTOS PARA NO DORMIR.

 Hoy día es hasta difícil en ocasiones sacar a los niños a la calle, pues cada vez estamos más ocupados siguiendo el ritmo que la sociedad en la que vivimos nos ha marcado y también cada vez nuestros hijos cuentan con más entretenimiento en casa (más juguetes, tablets, móviles, consolas, internet, TV a la carta…). Por eso da más pena que cuando se consigue, como por ejemplo ayer domingo por la tarde, se encuentre uno con lo que se encuentran a diario los que hacen uso de las instalaciones que, afortunadamente, el parque del PP7 que pertenece a nuestro barrio tiene.

En primer lugar nos topamos con que la limpieza brilla por su ausencia… Podemos calificar la situación de insalubre, incluso. Y claro, que las calles estén sucias es malo, pero que lo esté el lugar donde nuestros hijos se revuelcan –literalmente, que para eso son pequeños y para eso están los columpios, las zonas infantiles y las bañeras-. Como muestran las imágenes, la papelera (utilizada cívicamente, curioso, por los usuarios nocturnos del parque que, sabedores de su impunidad, se dedican tranquilamente al botellón) no se vacía con la frecuencia que se debiera. De hecho, desconocemos con qué frecuencia se vacía, aunque quizás “frecuencia” sea la palabra que peor describa el período de vaciado…



En segundo lugar las hojas caídas, véase la fotografía, (que cuando se mojan, cosa que ocurre con cierta frecuencia en estas fechas, casualmente) se pudren, lo cual tampoco ayuda a la limpieza del entorno. Y está acabando el otoño, no se cayeron ayer…


Luego está el tema de los perros. Esta tarde, sin ir más lejos, había uno atado a la valla del parquecito infantil… por dentro, claro. Con su pipí recién hecho a su lado –véase la fotografía-. Esto, junto con lo del botellón, está prohibido (y bien plasmado en las Ordenanzas Municipales), claro, pero como la policía local no está los fines de semana… Bueno, ni los días de diario. A pesar de estar advertidos, no tenemos noticia de que JAMÁS hayan pasado por el parque cuando está atestado de niños y de perros y hayan siquiera amonestado verbalmente a nadie. Que no decimos que no lo hayan hecho; simplemente, que algunos de nosotros pasamos allí horas y horas y no los hemos visto. Y avisados están. Lo hemos hecho nosotros.


                A veces esos pipís son popós, y en un parque infantil, lógicamente, tiene la cosa miga, como nos contaba una mamá recientemente. Su hijo pisó una catalina perruna, nadie se percató, se subió con ella al tobogán y pasó buen rato disfrutando de la instalación y embadurnándolo todo… y a todos. En fin, háganse su propia composición. Y sean positivos: al menos no nos ha afectado aquí la plaga de pulgas que están sufriendo los vecinos del PP8.

                Luego está el tema de la seguridad. Por ejemplo, la valla. En la foto se aprecian las dos posibilidades que tiene ahora: la no-valla y la valla destrozada. En fin, si un parque infantil tiene vallas será por algo. Y en ambos casos, no cumple su función: la de la seguridad de los pequeños usuarios. Evidentemente el consistorio no tiene la culpa de a) que se haya deteriorado tan rápidamente –pero podrá reclamar a la empresa que la puso, suponemos- y b) de que haya tanto incívico suelto que se dedique a cargársela; pero para este segundo caso está la policía local, ¿no?



Y continuamos con el recién estrenado parque canino aledaño al infantil. Ha sido sin duda una gran actuación. Tanto que con esos bancos y los árboles que se han colocado al lado comentan algunos usuarios del infantil que posiblemente se esté más a gusto en él que en el propio. De no ser por, de nuevo, los incívicos usuarios del de mascotas que a) ya se han cargado uno de los columpios y b) dejan que sus perros hagan sus necesidades sin recogerlas; ambas cosas se aprecian también en las fotografías que acompañan este post. Como curiosidad hay que añadir que por lo menos los incívicos se preocupan por la decoración navideña del parque canino (veáse imagen con árbol decorado, con zurullos rodeándolo a modo de navideños presentes). Pero no pasa nada. Para eso está la policía local y las ordenanzas municipales, claras y cristalinas a este respecto.





Que no. Que los vecinos que esta Asociación representa no lo comprenden. Que se pagan los correspondientes impuestos que, como comentamos en http://avvnuevachurriana.blogspot.com.es/2016/12/vecinos-id-ahorrando-que-viene-el.html vuelven a subir y que, por lo tanto, queremos que el Ayuntamiento vele por nosotros, ofreciendo unos servicios dignos en materia de limpieza y de seguridad. La tesis de que todo es culpa del incivismo, amén de obvia, no es respuesta a nuestra inquietud. La sociedad cuenta con medios para atajar estas conductas y creemos que corresponde a quien nos gobierna velar por que se cumplan las normas.

Invitamos desde estas líneas al alcalde a que cualquier tarde que haga buen tiempo, a eso de las 5 de la tarde se dé una vuelta por el parque infantil y departa con los vecinos que se encuentre allí. Que se dé un paseo por el parque canino y que corrobore cuán decorado está de heces. Por el parque sin construir, ese que su antecesor prometió a voz en grito ante todos los que estábamos allí para escucharle hace ya dos legislaturas y pico que sería el mejor de Churriana, mejor que no se pase. Da pena.


No hay comentarios:

Publicar un comentario